Un Jueves me invitan a comer asado al Club? Listo! Completé el trayecto oficina-casa en la mitad de tiempo en que lo hago normalmente. Me puse malla por primera vez en el año y me calcé unas
javaianas (lo escribo así para que noten que la palabra no lleva doble ve. Me
jode, al igual que los que pronuncian
Dip el apellido
Depp).
Bajé a buena velocidad por la calle principal de
Neuquén, con música a
volumen generoso y todos los vidrios bajos. Pasear por esa calle un día bonito como el de ayer, con aire fresco pegando en la cara y un viaje mental por culpa de música de la buena, es altamente recomendable.
Ahí me di cuenta lo que iba a
postear hoy.
Debo admitir y
develar una estupidez
vergonzante. Hay una pequeña porción del goce de escuchar música con vidrios bajos, que está
íntimamente vinculada a un servicio que proveo a la comunidad. Con esto quiero decir; en parte
disfruto de la música
persé, y en parte, de regalarla a los demás.
En el instante que me lo reconocí a mi mismo me incomodé. Porque noté que estaba haciendo exactamente lo mismo que lo que detesto de otra gente.
Pero luego de unos segundos, me dí cuenta que eso era otra cosa.
Yo no uso gorra de noche, se para qué sirve el cinturón de seguridad y lo utilizo, no tengo luces emitidas por gases con sufijo "
on" en el habitáculo y escucho
música de verdad*.
La
cumbia villera y el
tunchi tunchi suenan pura y exclusivamente para jactarse de la potencia de los parlantes y no para regalar arte.
(*) Me saben
rockero, pero se apreciar música de buena calidad cuando escucho
folklore, tango,
jazz, clásica,
cumbia, electrónica,
pop y unos cuántos etcéteras más.
PD: Sería alguien tan amable de solicitarle a los muchachos de
Pearl Jam, que su disco perfecto llamado TEN, suene por completo el próximo Domingo 13?