jueves, 3 de noviembre de 2011

Efecto dominó

Mis reflejos y yo no tenemos muy buena relación. Me tocaron reflejos muy caprichosos y odio los caprichos.
En realidad, dado que estamos hablando de pautas de comportamiento común, sospecho que a todos - en mayor o menor medida- los reflejos arbitrariamente nos juegan una mala pasada.
Los míos particularmente han decidido darme la espalda cada vez que alguien ha decidido desafiarlos (sindrome del bloqueo post pensárápido). En la intimidad suelen responderme mejor.
Pero que a veces no funcionen no sería un motivo como para que yo desee dedicarles una entrada. He visto muchos Patos Abbondanzieris alcanzar niveles supremos de éxito gracias a sus reflejos y echar todo a perder al día siguiente por la misma razón.
La parte mas jodida de estos putos mala leche, sucede cuando invocan a las neuronas que se encargan de tomar malas decisiones rápidas.

Ejemplo de tipo 1: Estoy llegando tarde al trabajo y no almorcé. Abro la heladera al trote, encuentro unas milanesas frías y empiezo a comer una con la mano. Un pequeño pedazo de carne rebozada cae de mi boca y el piso está impecable. Un reflejo de superhéroe estira mi brazo e interrumpe la trayectoria del mismo. El torpe movimiento del brazo golpea una botella de coca abierta y casi vacía que yacía sobre el desayunador. La mano encargada de alimentarme todavía con media milanesa entre el índice y el pulgar sale en su ayuda y consigue agarrar la botella antes de que ésta saliese límites fuera de la barra. En este intento por salvar la coca, el codo izquierdo le pega a una botella de Fernet, también abierta. Esta última, sí logra caer al vacío, pero un supersónico movimiento de pierna derecha sale a su encuentro. Una patada suave con la que en una cancha de fútbol podría hacerse un "sombrero", impacta en el culo de la botella. La botella de Branca cae al piso unos metros mas allá y para mi suerte no se rompe. Por supuesto que el efecto trompo que le propinó mi golpe hizo que gotas varias de la oscura bebida enchastrara la camisa que colgaba de la silla, una pared y el blanco sillón.

Alguien me puede decir por qué?
Eh?
Por qué?

6 comentarios:

Café (con tostadas) dijo...

por hereje!!!!!!!

Tapa y lugar oscuro y fresco.

Así de guarda el Gran Fernet.

Qué es eso de abandonar una botella destapada sobre el desayunador?

Tener despelote es normal pero lo tuyo no tiene perdón.

Hugo dijo...

Nah, eso solo demuestra el gran amor que le tenés al Fernet.

La camisa se lava, pero el Fernet derramado no vuelve más.

Vale dijo...

Choose the best option:
a- demasiada limpieza
b- demasiadas botellas
c- reflejos demasiado caprichosos
d- todas las anteriores

Gladiola dijo...

porque la perfección tiene un limite.
y de lo digo yo que de eso se un montón.

Etienne dijo...

Deberías haber usado la mano (la primera que usaste para atrapar el trozo rebozado) para atajar la botella de fernet, previa deglutición de la milanesa, pero claro, esto hubiera sido más un plan meditado que un movimiento reflejo...

Tuviste que ponerte a planchar una camisa limpia, garrón.

Totino dijo...

CAFÉ: Hereje? Jaja Tenés razón. Pero no es exactamente lo que parece.

HUGO: Muy sabio usted!

VALE: Elijo b y c. Y me hago cargo.

GLADIOLA: Jaja nada que agregar.

ETIENNE: Jaja Cuando termines el diario del Lunes pasámelo para hacer un fueguito. Gracias!